Publicado el 07th May 2025 / Publicado en: Entonces
Los músculos lumbricales del pie comienzan en los tendones del flexor largo de los dedos y terminan en los tendones que van dentro de los dedos menores.
Músculo del gusano.
Los músculos lumbricales del pie se componen de cuatro pequeños músculos esqueléticos que ayudan a flexionar los dedos menores y a proporcionar estabilidad al estar de pie. Los músculos lumbricales del pie forman parte de un grupo muscular llamado músculos intrínsecos, que se activan al caminar o correr en la posición en que la pierna está en pleno balanceo.
Numerosas lesiones en el pie, como el síndrome del túnel tarsiano y la metatarsalgia, afectan el sistema muscular intrínseco en su conjunto. Las lesiones específicas de los músculos lumbricales del pie no son tan comunes. Los posibles desgarros lumbricales pueden ocurrir al caminar o correr a paso rápido. El uso excesivo de los músculos o la falta de estiramiento adecuado son las principales causas de los desgarros lumbricales. Los antiinflamatorios no son un buen tratamiento para los desgarros lumbricales. Para determinar la gravedad del desgarro, una ecografía puede determinar el tiempo de recuperación de la lesión. Es importante descansar el pie lesionado y seguir las recomendaciones del médico. Los tratamientos comunes incluyen reposo, fisioterapia con ultrasonido y ejercicios de estiramiento.
Bordes mediales de los tendones flexores largos.
Falanges proximales y tendones extensores de los cuatro dedos laterales.
Flexión de las articulaciones metatarsofalángicas.
Extensión de las articulaciones interfalángicas.
Nervios plantares medial y lateral.
Arterias plantares medial y lateral.
Una evaluación abordó cómo la fatiga de los músculos intrínsecos del pie afecta la pronación. Esta evaluación incluyó una prueba de caída del escafoides. Diversos factores contribuyen al mantenimiento del arco longitudinal medial (MLA), y si alguno de ellos no funciona correctamente, se producirá pronación. Existe una relación entre la hiperpronación y síndromes como el síndrome del túnel tarsiano, la metatarsalgia, la fascitis plantar y el síndrome de estrés tibial medial. La disfunción de los músculos intrínsecos puede provocar hiperpronación. Experimentos demostraron que, tras la fatiga de los músculos intrínsecos del pie, la pronación aumentaba, lo que demuestra que estos músculos controlan la pronación durante la postura inmóvil. Al profundizar en la interpretación de este estudio, se concluye que fortalecer los músculos intrínsecos del pie puede contribuir a la hiperpronación, previniendo así lesiones dolorosas en el pie.
Headlee, D, Leonard, J, Hart, J, Ingersoll, C, Hertel, J. (2008). “La fatiga de los músculos intrínsecos plantares del pie aumenta la caída del escafoides”. Revista de Electromiografía y Kinesiología. 18: 420-425.
Coloque el pie sobre una toalla y flexione los dedos, agarrándola con ellos. Complete tres series de diez repeticiones. Si le resulta fácil, sustituya la toalla por un bolígrafo o lápiz y agárrela con los dedos.
Siéntate en el suelo con el pie extendido hacia adelante. Sujeta los extremos de la toalla y enrolla el centro sobre los dedos del pie. Mantén la rodilla recta con el pie flexionado (los dedos apuntando hacia arriba). Tira de los extremos de la toalla para acercar los dedos del pie al cuerpo. Mantén la posición durante veinte segundos. Repite con el lado opuesto. Realiza este estiramiento una vez al día, en días alternos.
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