Publicado el 07th May 2025 / Publicado en: Pelvis
El sacro es un hueso grande y triangular que se encuentra en la base de la columna vertebral. Se conecta con la pelvis. Las fracturas son mucho más frecuentes en el cóccix o en las vértebras lumbares. Las fracturas sacras son poco frecuentes. El sacro es un hueso muy fuerte y denso. Para que se produzca una fractura sacra, debe haber un traumatismo considerable en el cuerpo.
Las fracturas por estrés del sacro son pequeñas fracturas en el sacro. Suelen ser consecuencia de huesos debilitados o estrés repetitivo. Por lo tanto, las personas con osteoporosis corren riesgo.
El sacro se encuentra en la base de la columna vertebral. Debajo del sacro se encuentra el cóccix, y por encima, la zona lumbar. A un lado del sacro se encuentra la pelvis. El sacro se conecta a la pelvis mediante una articulación a cada lado, conocida como articulación sacroilíaca. Esta es una articulación grande e incongruente con movilidad limitada.
Si se sospecha una fractura, probablemente le harán una radiografía para ver la fractura. A veces, las fracturas también se detectan mediante una resonancia magnética. Sin embargo, debe tener en cuenta que las fracturas del sacro son poco frecuentes. Las fracturas pélvicas son mucho más comunes, y el anillo pélvico rodea el sacro.
Podría requerirse apoyo adicional para sujetar, proteger y mantener la espalda en su posición durante el proceso de curación. Algunas medidas de apoyo podrían incluir un corsé o una férula. Las fracturas causadas por la osteoporosis suelen tratarse con apoyo parcial del peso con un bastón u otro dispositivo de asistencia.
Es posible que le receten un tratamiento con medicamentos para ayudar a reducir el dolor y la inflamación en la zona lesionada. Si padece osteoporosis, el médico le recomendará diversos medicamentos para aumentar la densidad ósea y reducir la probabilidad de sufrir otra fractura.
Si tiene una fractura causada por estrés físico, necesita descansar. No es necesario descansar por completo, pero sí darle tiempo para que sane. Aplique una compresa de hielo de 5 a 10 minutos, de tres a cinco veces al día, para ayudar a aliviar la hinchazón y las molestias. Asegúrese de envolver el hielo en una toalla fina para evitar quemaduras.
El masaje suave, la movilización, la TENS y el calor también pueden ser útiles para aliviar el dolor en la zona afectada. Durante el proceso de recuperación, es posible que le deriven a un fisioterapeuta para que realice rehabilitación con ejercicios de fortalecimiento. Evite retomar cualquier deporte o actividad habitual hasta que se le autorice.
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