Publicado el 07th May 2025 / Publicado en: Medicamentos
El omeprazol reduce la cantidad de ácido clorhídrico en el estómago. Se utiliza principalmente para tratar afecciones como la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE), las úlceras gástricas, las úlceras duodenales y el síndrome de Zollinger-Ellison.
El omeprazol actúa inhibiendo irreversiblemente la enzima ATPasa de hidrógeno y potasio (bomba de protones) en las células parietales del revestimiento del estómago. Esta enzima es responsable del último paso en la producción de ácido clorhídrico (HCl) en el estómago. Al inhibir esta enzima, el omeprazol reduce eficazmente la producción de ácido clorhídrico.
Al disminuir la cantidad de ácido producido en el estómago, el omeprazol permite la cicatrización del tejido dañado en el esófago, el estómago y el duodeno. Alivia síntomas como la acidez estomacal, la dificultad para tragar y la tos. Además, tiene usos fuera de indicación para el tratamiento del reflujo asintomático y la prevención de úlceras gástricas causadas por antiinflamatorios no esteroideos (AINE).
El omeprazol es un tipo de medicamento conocido como inhibidor de la bomba de protones (IBP).
Para adultos:
Para niños:
La dosis diaria máxima recomendada es de 360 mg; las dosis superiores a 80 mg deben dividirse. 5 Los médicos pueden ajustar la dosis y la duración según la condición del individuo y su respuesta al tratamiento.
El omeprazol está disponible en tabletas/cápsulas de 10 mg, 20 mg y 40 mg. La dosis habitual es de 20 mg al día o 40 mg si los síntomas lo requieren. El omeprazol líquido está disponible en concentraciones de 2 mg/ml o 4 mg/ml.
Las directrices del NHS recomiendan seguir estrictamente las instrucciones de su médico o el prospecto del medicamento al tomar omeprazol. Podría ser necesario ajustar la dosis según su afección específica y su respuesta al tratamiento.
Los efectos secundarios más comunes del omeprazol incluyen:
Los efectos secundarios graves son menos comunes pero pueden incluir:
El uso prolongado de omeprazol durante más de un año también puede aumentar el riesgo de infecciones intestinales y aumentar ligeramente la probabilidad de desarrollar cáncer de estómago, aunque se necesita más investigación para confirmar esta asociación.
El omeprazol puede interactuar con muchos medicamentos, por lo que es importante informar a su médico sobre todos los fármacos que esté tomando. Algunas de las interacciones más comunes incluyen:
Su estilo de vida puede determinar en gran medida su salud. Existen algunos cambios que podrían implementarse como una posible alternativa al omeprazol.
También existe evidencia que apoya el uso de remedios herbales:
Otros suplementos incluyen:
Es importante colaborar estrechamente con su profesional de la salud al considerar cambiar de omeprazol a una alternativa natural, ya que puede ayudarle a determinar el mejor enfoque para sus necesidades individuales. Algunos remedios naturales pueden interactuar con medicamentos o tener efectos secundarios, por lo que se recomienda supervisión médica.
El omeprazol fue el primer inhibidor de la bomba de protones (IBP) desarrollado. Fue sintetizado por primera vez en 1979 por científicos suecos y lanzado al mercado en 1988 bajo el nombre comercial Losec.
En 2024, el omeprazol fue el tercer medicamento más recetado en el Reino Unido.
El medicamento se suele combinar con antiinflamatorios como el naproxeno.
El omeprazol está en la Lista de Medicamentos Esenciales de la Organización Mundial de la Salud.
El problema del uso prolongado de inhibidores de la bomba de protones (IBP), como el omeprazol, es multifacético. Algunos terapeutas creen que la causa principal de los problemas digestivos podría no ser el exceso de ácido estomacal, sino su escasez. En estos casos, reducir aún más el ácido estomacal mediante IBP podría no ser una solución duradera.
Además, la reducción de los niveles de ácido clorhídrico puede afectar la descomposición de los alimentos, lo que reduce la absorción de minerales y puede causar complicaciones como la osteoporosis con el uso prolongado de IBP. Otra preocupación es que a los pacientes a menudo se les prescriben IBP durante períodos prolongados, a veces de meses o incluso años, sin un seguimiento adecuado ni la consideración de tratamientos alternativos.
Si bien hay debates en curso sobre los posibles vínculos entre el uso de IBP a largo plazo y las enfermedades cardiovasculares, la demencia, la enfermedad renal y el cáncer gástrico, estas asociaciones siguen en gran medida sin demostrarse y se necesitan más investigaciones para establecer relaciones causales claras.
Este artículo se generó únicamente con fines informativos. Se creó en junio de 2024. Los medicamentos y las recomendaciones médicas pueden cambiar con el tiempo. Por lo tanto, es fundamental consultar con su médico de cabecera o profesional de la salud antes de tomar cualquier decisión sobre medicamentos o planes de tratamiento. Su médico de cabecera puede brindarle asesoramiento personalizado según sus necesidades y afecciones de salud específicas.
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