Publicado el 07th May 2025 / Publicado en: Espina lumbar
En algún momento, todos experimentamos dolor en la zona lumbar. El dolor puede variar de leve a intenso, y puede ser breve o prolongado. Independientemente de cómo se presente, el dolor lumbar dificulta la realización de muchas actividades cotidianas.
La osteoartritis (OA) debe considerarse simplemente como un desgaste natural. Todos la padecemos en mayor o menor medida, y algunas personas la sufren más que otras. Todas las articulaciones sufren algún tipo de desgaste, y las articulaciones facetarias no son la excepción.
La columna vertebral se compone de varios huesos pequeños (vértebras) apilados uno sobre el otro. Estas conexiones se conocen como articulaciones facetarias. Son pequeñas conexiones óseas planas que unen la vértebra superior con la vértebra inferior. Los ligamentos, los músculos, los discos intervertebrales y los nervios son componentes adicionales que conforman la columna vertebral.
Los huesos se unen para formar un canal que protege la médula espinal. La columna vertebral se compone de tres secciones diferentes que crean una curvatura natural en la espalda: la zona lumbar, la zona torácica y las curvas del cuello. Las vértebras fusionadas conforman la sección inferior de la columna vertebral (cóccix y sacro). Cinco vértebras lumbares se unen para conectar la parte inferior de la columna vertebral (columna lumbar) con la pelvis.
Los cables eléctricos (la médula espinal) recorren el canal y transmiten mensajes entre los músculos y el cerebro. Los nervios se ramifican desde la médula espinal a través de las aberturas vertebrales. Los ligamentos y los músculos proporcionan estabilidad y soporte a la columna vertebral y a la parte superior del cuerpo. Unos ligamentos fuertes unen las vértebras y garantizan que la columna vertebral se mantenga en su posición. Las articulaciones facetarias se encuentran entre las vértebras para proporcionar movimiento a la columna.
Este tipo de tratamiento incluye hielo, calor, masajes, estimulación eléctrica y ultrasonido. Las terapias activas incluyen estiramientos, ejercicios cardiovasculares y levantamiento de pesas. Hacer ejercicio para recuperar la fuerza y el movimiento de la zona lumbar resulta muy beneficioso para aliviar el dolor.
Se puede usar un soporte lumbar para brindar soporte a las articulaciones facetarias. Los soportes más comunes son los corsés que se colocan alrededor del abdomen y la espalda. Aunque no siempre son beneficiosos, muchas personas han reportado una sensación de estabilidad y comodidad al usarlos. Generalmente, su uso debe ser a corto plazo y es más útil al levantar objetos pesados o pesas.
La quiropráctica, la osteopatía y otras formas de terapia manual se ofrecen mediante diversas formas y técnicas. Muchos pacientes han encontrado alivio del dolor lumbar con este tipo de tratamiento. El tratamiento suele ser manual y restaura la movilidad de la columna vertebral, además de reducir la inflamación.
Cuando los discos se desgastan, se reducen en altura y, por lo tanto, se aproximan a las articulaciones facetarias. Este procedimiento en particular implica extraer el disco y reemplazarlo por uno artificial, como el de una prótesis de rodilla o cadera. El objetivo principal es permitir que el componente espinal conserve cierto grado de flexibilidad y un rango de movimiento normal. La cirugía se realiza a través del abdomen en uno de los dos discos inferiores de la columna. Esto puede ayudar a mantener la separación entre las articulaciones facetarias.
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