Publicado el 07th May 2025 / Publicado en: Rodilla
La bursitis es la inflamación de una bolsa de líquido llamada bursa (plural: bursas). Hay muchas bursas alrededor de la rodilla. Estas ayudan a proteger todas las partes móviles de la rodilla, como la rótula, los tendones y los ligamentos.
La bursitis suele desarrollarse por el uso excesivo o la fricción y tensión continuas sobre la propia bursa. Suele ser más común entre los atletas, especialmente entre los corredores. Quienes padecen osteoartritis también son susceptibles a esta afección.
Varios factores contribuyen al desarrollo de la bursitis, tales como:
La rodilla es una de las articulaciones más grandes y complejas del cuerpo. Une la tibia y el fémur. El hueso más pequeño que corre junto a la tibia y la rótula son los otros dos huesos que completan la articulación. Los tendones mantienen conectados los músculos de la pierna y los huesos de la rodilla para permitir el movimiento de la articulación. Los ligamentos unen todos los huesos de la rodilla y le brindan estabilidad.
Las bursas ayudan a proteger las partes móviles de la rodilla. Hay muchas en la rodilla; de hecho, hay unas 11 bursas en cada rodilla, pero algunas de las más comunes son:
Bursitis poplítea (conocida como quiste de Baker): hinchazón en la parte posterior de la rodilla. Generalmente ocurre después de una cirugía o lesión de rodilla. Existe una cavidad natural detrás de la rodilla donde puede acumularse líquido.
Bursitis prepatelar (conocida como rodilla de criada): una hinchazón en la parte delantera de la rodilla, causada por arrodillarse excesivamente.
Bursitis suprapatelar: ocurre justo encima de la rótula.
Bursitis infrapatelar: ocurre justo debajo de la rótula.
Bursitis de la pata de ganso: es más común en mujeres con sobrepeso mayores de 45 años, probablemente debido a la pelvis más ancha y la marcha alterada. Se presenta cinco centímetros por debajo de la parte interna de la rodilla.
Bursitis de rodilla detectada en una resonancia magnética
Suspenda cualquier actividad que le cause dolor o molestias. Intente sustituirla por otra hasta que la bursitis haya remitido.
Aplique hielo en la zona afectada durante 5 a 10 minutos, de tres a cinco veces al día. Asegúrese de envolver el hielo con una toalla fina para evitar quemaduras en la piel. El hielo es una de las mejores y más naturales maneras de reducir el dolor y la hinchazón.
Los antiinflamatorios no esteroideos, la aspirina o el paracetamol pueden ayudar a reducir la inflamación y el dolor en la rodilla. A medida que disminuye la inflamación, el dolor también tiende a disminuir. Si es posible, limite el consumo de medicamentos y busque métodos más naturales como la terapia con hielo.
También podría ser necesario insertar una solución anestésica en la bursa, lo que a menudo proporcionará un alivio rápido en el área afectada.
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