Publicado el 07th May 2025 / Publicado en: Mano/Dedos/Pulgar
Las luxaciones de la articulación interfalángica proximal (IFP) se producen cuando un traumatismo provoca el desprendimiento de los huesos de las articulaciones medias de los dedos. Esto suele provocar dolor, hematomas e inflamación en la articulación, que no se mueve correctamente, o incluso no se mueve. Los esguinces se producen cuando los ligamentos se desgarran o se estiran, y pueden ocurrir sin que la articulación se disloque.
Las dislocaciones y esguinces sospechosos deben evaluarse y tratarse lo antes posible. Es fundamental no mover la zona lesionada para evitar lesiones aún mayores.
Todos los dedos tienen tres huesos distintos, mientras que el pulgar solo tiene dos. En cada articulación, los huesos se mantienen en su lugar mediante ligamentos. El ligamento principal a cada lado del dedo es el ligamento colateral, y es este ligamento el que se desgarra al dislocarse el dedo. Los músculos del antebrazo o la mano se transforman en tendones, que unen los huesos al dedo. Son estos músculos los que mueven los dedos tirando de los tendones hacia atrás. Todos los huesos están unidos a los cinco metacarpianos que forman el cuerpo de la mano.
La mayoría de las luxaciones de dedos se producen por traumatismos contusos en el deporte. A menudo, basta con atrapar una pelota en un ángulo extraño y sujetar el dedo. Las lesiones de rugby y fútbol americano también pueden luxarse.
Un paciente que sufrió una dislocación de la articulación PIP, ahora reubicada pero que aún muestra signos de desviación debido a una lesión de la placa volar/ligamento desgarrado.
Los esguinces suelen tratarse con una férula de inmovilización al realizar actividades de riesgo. De lo contrario, se recomienda sujetar con cinta adhesiva el dedo lesionado al de al lado. En la mayoría de los casos, las luxaciones pequeñas se recuperan en cuanto se recuperan. Una luxación grave que no se recupera de inmediato debe ser recolocada en una sala de urgencias o un centro de atención de urgencias. Será necesario que un cirujano realice un seguimiento de la luxación para evaluar cualquier inestabilidad que pueda requerir intervención quirúrgica.
Aplicar hielo en la zona afectada durante 10 minutos cada dos horas ayudará a minimizar el dolor y reducir la inflamación. Debe usar hielo durante los primeros días para observar la evolución de su afección y si la hinchazón disminuye. No es raro que la hinchazón alrededor de la luxación persista durante varios meses, o incluso que aparezca un bulto visible a cada lado del dedo.
Si experimenta mucho dolor e inflamación, podría necesitar un medicamento antiinflamatorio para aliviarlo. Úselo solo a corto plazo.
Dependiendo de su dislocación o fractura específica, es posible que necesite realinear los huesos para permitir que sanen adecuadamente.
Si la dislocación o fractura es demasiado grave, es posible que sea necesario colocar una férula o un yeso para ayudar a fijar el dedo en su posición y permitirle el tiempo adecuado necesario para sanar.
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