Publicado el 07th May 2025 / Publicado en: Mano/Dedos/Pulgar
Una persona con una fractura de muñeca se fractura uno de los diez huesos que componen la articulación de la muñeca. Con diez huesos diferentes en la muñeca: ocho huesos del carpo y dos huesos del antebrazo, las fracturas de muñeca suelen ser uno de los tipos de fracturas más comunes que se observan en las personas que acuden a urgencias.
La causa más común de lesión es, con diferencia, una caída. Sin embargo, también pueden producirse otras lesiones en el ámbito deportivo (por ejemplo, golpearse con un tocón de árbol jugando al golf, traumatismos en deportes de contacto o accidentes de tráfico).
Ubicada entre la mano y el antebrazo, la muñeca se extiende desde la inserción de los pronadores cuadrados del cúbito y el radio hasta las articulaciones carpometacarpianas. Con ocho huesos del carpo, todos ellos están asociados a la red de conexiones ligamentosas entrelazadas.
Las arterias cubital y radial irrigan la muñeca, así como las arterias interóseas posterior y anterior. Todos estos vasos contribuyen a la formación de los arcos vasculares palmar y dorsal, proporcionando circulación a los huesos del carpo. El patrón de flujo sanguíneo es importante. El escafoides se irriga a través de dos pequeñas ramas que surgen principalmente de la arteria radial. La circulación del polo proximal se mantiene mediante vasos intraóseos.
Debido a que el aporte vascular del polo depende de los vasos que penetran en el escafoides, un mayor número de lesiones en la muñeca provoca una interrupción del flujo sanguíneo. Las fracturas de muñeca pueden interferir con el flujo proximal, lo que aumenta el riesgo de necrosis avascular del escafoides.
Primero, acuda al hospital y solicite al médico un examen físico. Revisarán la muñeca y le indicarán si es necesario realizar una radiografía. Si no puede acudir al hospital, consultar con un fisioterapeuta o su médico de cabecera también puede ser útil para diagnosticar una fractura de muñeca. Si presenta hinchazón alrededor de la muñeca, rigidez considerable y no puede apoyar ningún peso sobre la muñeca (como si apoyara la palma de la mano sobre una mesa), es posible que tenga una fractura de muñeca.
El tratamiento de una fractura suele consistir en la inmovilización de la muñeca con un yeso que se extiende desde el antebrazo hasta los nudillos, lo que permite la movilidad de los dedos y el pulgar. Si la fractura afecta al escafoides, el yeso se extenderá más allá del codo durante las primeras seis semanas, incluyendo el pulgar. Se requerirán radiografías para supervisar la consolidación y determinar si se ha perdido la reducción. Las muñecas pueden inmovilizarse de tres a cuatro meses para completar el proceso de curación.
Cuando los huesos se han desalineado o no se mantienen alineados, puede ser necesaria una cirugía para realinearlos, restaurar la función y asegurar la correcta cicatrización de la zona. La cirugía suele ser un procedimiento abierto, pero algunos cirujanos prefieren reducir la fractura artroscópicamente, mediante una pequeña incisión y una cámara y una lente minúsculas. La cirugía puede implicar fijación interna o externa con alambres, clavos, placas y tornillos, especialmente cuando el radio distal está fracturado. Los dispositivos se pueden retirar posteriormente, tras la recuperación.
El tratamiento y la terapia en etapas posteriores pueden ser de gran ayuda tras una fractura de muñeca o del carpo. Una vez retirada la escayola, la muñeca probablemente estará muy rígida. La terapia movilizará las articulaciones para que la muñeca alcance su rango completo de movimiento. El tratamiento también puede reducir la inflamación de la muñeca y aliviar la presión sobre los músculos y tendones circundantes del antebrazo.
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