Publicado el 07th May 2025 / Publicado en: General
El síndrome de fatiga crónica es una afección que provoca un cansancio tal que impide realizar las actividades cotidianas. Existen otros síntomas, pero el cansancio durante más de seis meses suele ser el principal. Muchas personas mejoran en aproximadamente un año y no sufren recaídas. Algunas personas continúan padeciendo fatiga severa y otros síntomas que persisten durante años.
Dado que la enfermedad no se comprende bien, muchas personas creen que es una enfermedad independiente con sus propios síntomas, pero algunos médicos no lo creen. No existen pruebas para el síndrome de fatiga crónica. Por esta razón, muchas personas tienen dificultades para aceptar su enfermedad y obtener el apoyo necesario para afrontarla. Cuando cuentas con personas que creen en tu diagnóstico y te apoyan, la recuperación es más fácil que intentar afrontarla solo. Contar con alguien en quien puedas confiar es fundamental. El cansancio es real, no solo algo imaginario. Tu cuerpo reacciona a diversos factores físicos y emocionales.
Cuando una persona sufre episodios de cansancio extremo que no se alivian con el sueño ni el descanso, podría estar padeciendo el síndrome de fatiga crónica. Esta enfermedad puede provocar fatiga constante a diario, independientemente de cuánto duerma o descanse. El síndrome puede causar dificultades para realizar las actividades cotidianas. El cansancio crónico también puede deberse a otras afecciones, como la mononucleosis infecciosa, que un médico puede diagnosticar con mayor facilidad y que deben descartarse.
Aproximadamente cuatro millones de personas padecen esta afección cada año. Quienes la padecen suelen estar desempleados y viven de una discapacidad debido a los síntomas que experimentan y a cómo se sienten. Casi el 40 % de quienes reciben un diagnóstico de síndrome de fatiga crónica sufren abuso de sustancias, diabetes o enfermedad tiroidea.
Otros síntomas pueden incluir dolores de cabeza, dolores musculares, dolores articulares en múltiples áreas, deterioro de la memoria o ganglios linfáticos sensibles alrededor del cuello o la axila.
La ayuda psicológica, el asesoramiento, el coaching de vida o la TCC pueden ayudar a la persona afectada a abordar la afección, afrontarla y entrenar su cuerpo para superarla.
Algunos pioneros en osteopatía han encontrado vínculos comunes entre la mayoría de las personas con SFC. El Dr. Raymond Perrin lidera la investigación y ha capacitado a varios osteópatas en la técnica, cuyos nombres figuran en su sitio web. Algunos especialistas creen que mejorar el drenaje linfático y abordar los problemas costales, los músculos del cuello y la parte superior de la espalda puede mejorar el SFC.
Consultar con un experto en nutrición puede ser beneficioso. Los cambios en la bioquímica, los minerales, las vitaminas y los nutrientes pueden ser importantes, ya que algunas personas afectadas presentan deficiencias de ciertos nutrientes. La terapia nutricional y una alimentación saludable son fundamentales.
La terapia de ejercicios graduales puede ser útil para estimular la recuperación del cuerpo. Cuando el cuerpo está muy fatigado, aumentar la intensidad de los ejercicios a diario puede enseñarle a afrontar la fatiga y estimularlo a recuperarse. Los ejercicios se intensifican con el tiempo, lo que ayuda al cuerpo a adaptarse al desafío y recuperarse.
Estar constantemente cansado facilita mucho el sueño. Dormir siestas durante el día es común, pero combinadas con la inactividad pueden causar incapacidad para dormir por la noche. Establecer patrones de sueño normales es fundamental.
Dado que no existe una cura definitiva para esta afección, lo mejor es tratar los síntomas asociados. Los pacientes con síndrome de fatiga crónica deben adaptar su estilo de vida. Reducir el estrés, prevenir el sobreesfuerzo y realizar ejercicios de estiramiento suaves son beneficiosos para tratar las manifestaciones fisiológicas que acompañan al trastorno. Quienes reciben tratamiento en un plazo de dos años tienden a mejorar más rápidamente que quienes esperan un tiempo más largo.
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