Publicado el 07th May 2025 / Publicado en: General
El síndrome de dolor regional complejo es una afección poco común que causa dolor crónico en una pierna o un brazo. Normalmente se desarrolla después de una lesión, un derrame cerebral, un infarto o una cirugía, pero el dolor suele ser desproporcionado en relación con la gravedad de la lesión inicial. La causa del síndrome no se comprende con claridad. El tratamiento del síndrome de dolor regional complejo suele ser más eficaz cuando se inicia en una etapa temprana. Tanto la remisión como la mejoría son perfectamente posibles.
El SDRC se presenta con mayor frecuencia después de una cirugía. Se espera que el paciente se recupere con normalidad, y el cirujano informa que la cirugía salió bien, pero por alguna razón (desconocida por los profesionales médicos), el paciente experimenta dolor intenso en la zona afectada o alrededor de ella.
Algunos teóricos creen que el síndrome de dolor regional complejo (SCRC) es causado por una reacción exagerada del sistema nervioso central o periférico, o por una hipersensibilización de los nervios.
Algunas personas aún llaman al síndrome de dolor regional complejo (SDRC) por su nombre menos conocido: distrofia simpática refleja. El SDRC puede ser extremadamente doloroso, y algunas personas lo califican como superior al parto. También puede ser muy difícil controlar el dolor, por lo que se deben probar diferentes medicamentos y analgésicos para determinar cuál funcionará mejor.
El SDRC es una afección crónica que afecta una extremidad tras una lesión. Se atribuye a un mal funcionamiento o daño del sistema nervioso central, compuesto por la médula espinal y el cerebro. Este sistema es responsable de la transmisión de señales nerviosas entre la médula espinal y el cerebro.
Aplicar frío y calor puede ayudar a reducir la inflamación y la sensibilidad. Aplique primero el frío y luego el calor, y repita según sea necesario (o según lo indique su terapeuta). La duración del uso del frío y el calor también varía según la persona.
La acupuntura (tanto la occidental como la oriental) puede utilizarse para reducir la sensibilidad de la zona. Ayuda a reducir los impulsos nerviosos que llegan a la zona afectada, según una teoría conocida como la teoría de la puerta del dolor. Los pacientes han mostrado notables recuperaciones y beneficios tras la acupuntura, especialmente cuando se aplica específicamente sobre la zona dolorida.
Se pueden utilizar diversas cremas para reducir la hipersensibilidad, como la de clonidina, ketamina, amitriptilina o lidocaína.
El ejercicio suave y guiado de las extremidades afectadas ayudará a disminuir el dolor y a mejorar la amplitud de movimiento y la fuerza. Cuanto antes se diagnostique la afección, más efectivos serán los ejercicios a largo plazo.
En ciertos casos, aprender las técnicas de biorretroalimentación también ayudará en el proceso de curación. En cuanto a la biorretroalimentación, es necesario ser mucho más consciente de su cuerpo para poder relajarlo y ayudar a aliviar el dolor.
El dolor crónico se puede aliviar mediante un impulso eléctrico en las terminaciones nerviosas. La TENS debe usarse regularmente durante algunas semanas para notar los beneficios, así que sea persistente.
El médico insertará pequeños electrodos a lo largo de la médula espinal. Se enviará una pequeña corriente a la médula espinal para aliviar el dolor. Deberá consultar con su especialista si esta opción es adecuada para usted, pero generalmente no se realiza.
Los antidepresivos, como la amitriptilina, y un anticonvulsivo, como Neurontin, se utilizan para tratar el dolor originado por nervios dañados. Recientemente, el uso de antiepilépticos también se ha generalizado. Los antiepilépticos pueden reducir los impulsos nerviosos en el cerebro y la médula espinal. Entre los antiepilépticos comunes se encuentran la gabapentina y la pregabolina.
Ciertos medicamentos pueden ayudar a detener o prevenir la pérdida ósea, como Miacalcin y Fosamax.
Los esteroides pueden ayudar a reducir la inflamación y aumentar la movilidad de la extremidad afectada. También se pueden usar esteroides como la prednisona para reducir la inflamación corporal, pero solo deben usarse a corto plazo (muchos profesionales solo usan este tratamiento hasta por una semana).
Los analgésicos de venta libre, como el ibuprofeno, la aspirina y el naproxeno, ayudan a aliviar la inflamación y el dolor. Los médicos pueden recetar un analgésico más fuerte si uno de venta libre no es eficaz. En dosis adecuadas, los opioides pueden ser muy eficaces para controlar el dolor. Ciertos analgésicos aumentan el riesgo de sufrir un derrame cerebral o un infarto, por lo que conviene hablar sobre ellos con antelación.
Comience hoy mismo con Rehab My Patient y revolucione su proceso de prescripción de ejercicios para una rehabilitación efectiva.
Comience su prueba gratuita de 14 días