Publicado el 07th May 2025 / Publicado en: Tobillo
El tendón de Aquiles es una estructura importante en la parte posterior de la pierna, por encima del calcáneo. Este tendón conecta el calcáneo con los músculos de la pantorrilla (gemelos y sóleo) y flexiona el pie hacia abajo, alejándolo de la espinilla (flexión plantar).
Un desgarro parcial o completo del tendón de Aquiles se denomina rotura del tendón de Aquiles. La diferencia entre un desgarro parcial y uno completo depende de si el tendón está parcialmente desgarrado, pero aún conectado a los músculos de la pantorrilla (desgarro parcial), o completamente desgarrado, sin conexión entre los músculos de la pantorrilla y el calcáneo (desgarro completo).
El tendón de Aquiles puede romperse al aplicarle una gran tensión o fuerza durante actividades como fútbol, baloncesto, tenis o correr. La rotura se produce al impulsarse con un alto impacto desde el pie. En ocasiones, el mecanismo de la lesión puede ser trivial, ya que los pacientes informan que simplemente se lanzaron a por el balón o se giraron para correr hacia el fondo de la cancha de tenis. Otra lesión menos común es el corte profundo del tendón por una fuerza directa, por ejemplo, durante un accidente de tráfico.
El tendón suele romperse entre 2 y 6 cm por encima del hueso del talón. El diagnóstico suele realizarse palpando el tendón alrededor del calcáneo para detectar cualquier separación o inflamación evidente. También pueden realizar una prueba en la que se acuesta boca abajo, con la rodilla flexionada, y le aprietan la pantorrilla para detectar cualquier movimiento del pie (si el pie se mueve, es una buena señal y significa que el tendón está intacto, pero si no se mueve, es probable que se trate de una rotura completa). En ocasiones, se requiere una resonancia magnética para examinar el tendón con más detalle.
· Cuando se produce una lesión, el paciente puede oír un chasquido o sentir un dolor muy agudo en la parte posterior de la parte inferior de la pierna.
· Esto a menudo hará que el paciente caiga al suelo.
En casos de rotura completa, suele recomendarse la cirugía. La operación para reparar el tendón implica la sutura de sus dos partes. Si es necesario, el cirujano puede utilizar un injerto tendinoso adicional.
Después de la cirugía, se necesita un yeso, un aparato ortopédico o una bota posquirúrgica para proteger y promover la curación.
También se recomienda la terapia manual para reducir la inflamación, mejorar la movilidad del tobillo y mejorar la fuerza del pie y el tobillo después de la cirugía.
El tratamiento conservador consiste en reposo para permitir la cicatrización natural del tendón. Se utiliza un apósito durante aproximadamente ocho semanas para proteger el tendón durante el periodo de cicatrización. El apósito se coloca con el pie apuntando hacia abajo para evitar la tensión sobre el tendón y acortar el espacio para su cicatrización.
La terapia manual es crucial en la fase de rehabilitación inmediatamente después de retirar el yeso, ya que el pie puede estar muy rígido y es necesario mejorar la movilidad del tobillo lo antes posible. También puede presentarse hinchazón alrededor del pie y el tobillo. El tratamiento se centrará en reducir la inflamación y la hinchazón, mejorar la movilidad del pie y el tobillo, y fortalecer los músculos del pie.
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