Publicado el 07th May 2025 / Publicado en: Tobillo
La diabetes es una afección en la que los niveles de azúcar en sangre son elevados en aproximadamente el 6 % de la población estadounidense, lo que equivale a aproximadamente 16 millones de personas. La diabetes también está aumentando rápidamente en otros países occidentales, Europa y África. Las afecciones del pie diabético son uno de los principales problemas de salud para estas personas y, en algunos casos, pueden requerir hospitalización.
La mayoría de los problemas en los pies de las personas con diabetes se deben a dos complicaciones graves de la enfermedad: mala circulación y daño nervioso. La mala circulación es la causa del daño nervioso. Uno de los principales problemas críticos que pueden causar estas complicaciones es la artropatía de Charcot, que deforma el pie y causa discapacidad.
Existen opciones de tratamiento para esta afección específica, pero la más efectiva es la prevención. Para quienes padecen diabetes, la revisión cuidadosa diaria de los pies es fundamental para la salud y el bienestar general, así como para prevenir posibles problemas en los pies.
Se sabe que la diabetes daña los vasos sanguíneos, lo que disminuye el flujo sanguíneo a los pies. Si la circulación es deficiente, los huesos se debilitan y las articulaciones y los huesos del tobillo y el pie se desintegran. Quienes padecen diabetes tienen un mayor riesgo de sufrir fracturas en los pies.
En las primeras etapas de la afección, a menudo se puede tratar con una escayola o una bota para proteger el tobillo y el pie. Usar una escayola es muy eficaz para minimizar la inflamación y proteger los huesos. La escayola requiere que la persona no apoye ningún peso sobre el pie hasta que los huesos hayan comenzado a sanar. La curación suele tardar tres meses o más. Cada semana o dos semanas se cambia la escayola para asegurar que siga ajustando a medida que se minimiza la inflamación.
Una vez que la inflamación inicial haya disminuido y los huesos puedan fusionarse de nuevo, podrían necesitarse zapatos especiales o botas para caminar. Este calzado está diseñado para ayudar a disminuir la probabilidad de úlceras. Algunos diabéticos no pueden usar zapatos tradicionales porque no se ajustan bien al pie deformado.
Si la deformidad pone al paciente en riesgo de úlceras y el uso de calzado protector no funciona, la cirugía podría ser la única alternativa. Las luxaciones y las fracturas inestables requieren cirugía para su correcta consolidación. Existen varios tipos de deformidades, por lo que las opciones de tratamiento también varían.
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