Publicado el 07th May 2025 / Publicado en: Tobillo
El pie cavo es una afección en la que el arco del pie es extremadamente alto. Debido a este arco, se deposita una gran cantidad de peso sobre el talón y la planta del pie al estar de pie o caminar. El pie cavo puede causar diversos síntomas y signos, como inestabilidad y dolor. La afección puede desarrollarse en cualquier momento. Puede afectar uno o ambos pies.
El pie cavo, a menudo conocido como pie cavo, suele ser una simple variación de lo normal, por lo que no debe considerarse necesariamente una patología. De hecho, en la Edad Media en Inglaterra, se consideraba un signo de la aristocracia.
El pie cavo se usa comúnmente para describir un espectro de diferentes formas de pie que comparten un arco alto. Los componentes del pie cavo son un aumento de la inclinación y el varo en el retropié, la aducción y el varo en el antepié y la flexión plantar en el mediopié. La forma del pie cavo tiende a asociarse con cualquier cambio en la mecánica del pie. Es significativamente menos equilibrado y flexible que un pie neutro. Aunque entre un quinto y un cuarto de la población padece esta afección, muchas personas no presentan síntomas ni problemas a causa del pie cavo.
Cómo tratar el pie cavo:
Se podría recetar fisioterapia y podología para fortalecer y estirar los músculos de la parte inferior de la pierna. Esta afección suele presentar debilidad muscular en la parte exterior de la parte inferior de la pierna y rigidez en la pantorrilla. Aunque la terapia no pueda modificar la forma del pie, puede ayudar a controlar la función y el dolor. Dado que el pie suele estar curvado hacia adentro, acompañado de un arco alto, la persona es propensa a sufrir un esguince de tobillo crónico. El uso de técnicas de fortalecimiento muscular reactivas, así como la tobillera, puede ser beneficioso. Su terapeuta también podría evaluar su marcha.
Este procedimiento en particular implica realizar pequeñas incisiones en los tendones tensos de la parte inferior de la pierna para mejorar la alineación del pie. Después de la cirugía, se requiere un período de inmovilización de varias semanas para permitir la cicatrización de los tendones.
Si la afección ha existido desde la infancia y la estructura ósea del pie no ha crecido adecuadamente, podría ser necesario extirpar pequeñas secciones del hueso para restaurar la posición correcta del pie. El primer metatarsiano, ubicado en la parte media del pie, detrás del dedo gordo, suele tratarse con este procedimiento. La mayoría de las veces, el metatarsiano se posiciona en un ángulo descendente mayor de lo normal, lo que ayuda a girar el tobillo hacia afuera cuando la persona apoya el peso sobre el pie. Este procedimiento ayuda a normalizar el ángulo y a colocar el pie en una posición neutra. En ocasiones, este procedimiento se realiza junto con la cirugía de tejidos blandos.
Este procedimiento en particular fija la articulación afectada. Si bien es un último recurso, a veces resulta necesario para corregir la deformidad o cuando se detecta artritis.
Un podólogo podrá evaluar el problema.
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