Esguinces de tobillo (medial y lateral)

Los esguinces de tobillo son una de las lesiones ortopédicas más comunes y se producen durante un movimiento de torsión brusco e incómodo del pie. Como resultado de estos movimientos, se producen desgarros y daños en los tejidos blandos y ligamentos del tobillo.

Un esguince de tobillo se produce cuando los ligamentos del tobillo se estiran más allá de su rango normal. Los esguinces se clasifican según su gravedad y puede ser recomendable consultar a un profesional.

Los esguinces de grado I se producen cuando el daño es mínimo. No hay signos de inestabilidad del tobillo. El tobillo puede estar inflamado y sensible al cargar peso y realizar movimientos.

Los esguinces de grado II se producen cuando hay un desgarro parcial de los ligamentos. Puede presentarse una leve inestabilidad del tobillo; los síntomas son los mismos que los de un esguince de grado I.

Los esguinces de grado III se producen cuando hay un desgarro completo de los ligamentos y puede ser necesaria una intervención quirúrgica. El tobillo se inflama y pueden aparecer hematomas, la persona no puede soportar peso con el tobillo y el movimiento causa dolor intenso.

En la cara interna (medial) del tobillo, el ligamento deltoideo lo sostiene. En la cara externa (lateral) hay tres ligamentos: peroneoastragalino anterior, peroneoastragalino posterior y peroneocalcáneo.

El esguince de tobillo más común ocurre cuando se gira el tobillo hacia la parte exterior, lo que se conoce como esguince de inversión (medial).

Si se tuerce el tobillo hacia la parte interior (menos común), puede sufrir un esguince de eversión (lateral).

Causas de los esguinces de tobillo

Los esguinces de tobillo medial se producen al realizar actividades con carga de peso, cuando se requieren cambios bruscos de dirección. La lesión se produce debido a una rotación excesiva del tobillo hacia afuera. Esto suele provocar un desgarro de los ligamentos de la parte exterior del tobillo.

El mecanismo de lesión de los esguinces laterales de tobillo es el opuesto. Estos se producen por una torsión extrema del tobillo hacia adentro, algo que suele ocurrir en el baloncesto o al aterrizar sobre superficies irregulares. Esto daña los ligamentos de la parte interna del tobillo.

Signos y síntomas

• Sonido de desgarro audible en el momento de la lesión.
• Hinchazón importante del pie y el tobillo.
• Moretones alrededor del pie y el tobillo, que a veces suben por la pierna.
• Dolor severo en el tobillo y el pie.
• Incapacidad para permanecer de pie sobre el pie afectado y probablemente dificultad para caminar cómodamente.
• Disminución de la movilidad del tobillo.

Cómo controlar el dolor

Para la mayoría de los esguinces de tobillo no es necesaria la cirugía y los siguientes consejos pueden ayudar a reducir el dolor y mejorar el proceso de curación:

• Reposo: es posible que necesite utilizar muletas para evitar caminar con el pie afectado.
• Hielo: aplicar de 5 a 10 minutos, 3 o 4 veces al día, para reducir la hinchazón. Siempre use una toalla entre la piel y la compresa de hielo.

• Compresión/soporte de tobillo: mejorará la curación de los ligamentos y reducirá la inflamación.
• Elevación: ayudará a minimizar la hinchazón/inflamación.
• Medicación (AINE/antiinflamatorios).

• Use calzado con buen soporte. Lo mejor son las zapatillas deportivas o los zapatos planos cerrados que brindan el máximo soporte al pie y al tobillo.

• Evite terrenos irregulares o resbaladizos durante las semanas posteriores a un esguince de tobillo, ya que su tobillo puede ser más susceptible a volver a torcerse.

El tratamiento de terapia manual es crucial para los pacientes que sufren esguinces de tobillo, ya que reduce la inflamación, aumenta la movilidad del tobillo y ayuda a reparar completamente el ligamento dañado. La rehabilitación, que incluye ejercicios y fortalecimiento del tobillo tras la lesión, garantiza la recuperación completa de la fuerza del tobillo y, con suerte, previene las recurrencias.

Sin embargo, cabe destacar que aproximadamente el 75 % de los esguinces de tobillo son, en realidad, una reaparición de un esguince previo. Por lo tanto, es fundamental realizar los ejercicios indicados por el terapeuta.