Publicado el 07th May 2025 / Publicado en: Abdomen
Músculo abdominal plano y superficial situado en la cara lateral del abdomen. Junto con el músculo abdominal anterior, este músculo forma la pared abdominal anterolateral. Sus fibras se ubican inferior y medialmente y se superponen con otros músculos de esa región, como los transversos abdominales y los oblícuos internos.
El músculo oblicuo externo del vientre.
El músculo oblicuo abdominal externo y los demás músculos abdominales ayudan a mantener la tensión abdominal y a sujetar las vísceras abdominales, aumentando la presión intraabdominal. Esto es importante para la espiración máxima, la tos y la defecación.
Superficie externa de las ocho costillas inferiores, 5-12.
La línea alba, la mitad anterior de la cresta ilíaca y el tubérculo púbico.
La contracción bilateral junto con el recto abdominal y el oblicuo interno flexiona el tronco arrastrando el pubis hacia el xifoides.
Acción unilateral: flexión lateral ipsilateral y rotación del tronco contralateral.
Dos tercios superiores del oblicuo abdominal externo: nervios intercostales inferiores T7-T11 y nervio subcostal T12.
Tercio inferior: nervio iliohipogástrico L1 del plexo lumbar.
Dos tercios superiores: arterias intercostales y subcostales posteriores inferiores.
Tercio inferior: arteria ilíaca circunfleja profunda.
La investigación muestra que este músculo junto con los demás músculos abdominales pueden provocar hernia umbilical cuando están débiles.
Los ejercicios más efectivos para activar los músculos recto abdominal, oblícuos externos e internos y dorsal ancho fueron los ejercicios de roll-out y pike, con mínima actividad de los paraespinales lumbares y del recto femoral.
Escamilla, RF, Lewis, C., Bell, D., Bramblet, G., Daffron, J., Lambert, S., Pecson, A., Imamura, R., Paulos, L. y Andrews, JR (2010). Activación de los músculos centrales durante ejercicios abdominales con balón suizo y tradicionales. Revista de fisioterapia ortopédica y deportiva, 40(5), 265–276.
Acuéstese boca arriba con las rodillas flexionadas. Incorpórese con control y extienda los brazos hacia la parte exterior de la rodilla. Los omóplatos deben apenas levantarse del suelo.
Acuéstese boca arriba con las rodillas flexionadas. Con las manos detrás de la cabeza, baje suavemente ambas rodillas hacia un lado, hacia el suelo, hasta donde le resulte cómodo.
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